P ero la cosa no termina ahí. El transcurso del tiempo junto con otros factores ambientales, como la exposición a las altas temperaturas o la radiación solar, hacen que estos plásticos se vayan degradando y se conviertan en trozos más pequeños, hasta convertirse en microplásticos.
Los microplásticos son partículas que a veces son visibles y otras no (las fibras de ropa, las pequeñas partículas de los productos de higiene…) que acaban en la tierra, en las aguas del interior como ríos, canales o pantanos y, finalmente, en el mar. Los animales y las plantas se nutren de lo que haya en la tierra y en las aguas y, por ende, pueden acabar en nuestro organismo.
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