Parque Natural de Armañón

Parque Natural de Armañón

Paisajes kársticos en estado puro

En el extremo occidental de Bizkaia, entre los municipios de Carranza y Trucíos, se extiende el Parque Natural de Armañón, un singular enclave que conserva intacto el carácter agreste de la comarca de Las Encartaciones. Declarado parque natural en 2006, abarca casi 3.000 hectáreas de un paisaje moldeado tanto por la naturaleza como por el pastoreo tradicional. Las cumbres del monte Armañón, de suaves formas areniscosas, contrastan con los abruptos macizos calizos de Ranero y Jorrios, donde el subsuelo esconde más de 200 cuevas y simas que conforman un valioso patrimonio geológico, entre ellas la célebre cueva de Pozalagua o la impresionante Torca del Carlista.

El mosaico de bosques autóctonos, pastizales y plantaciones forestales se despliega por las laderas del parque, albergando rincones como el encinar adehesado de Sopeña o el robledal de Remendón. Este espacio, vivo y modelado por siglos de actividad humana, se mantiene como un refugio para la biodiversidad y una oportunidad para reencontrarse con el paisaje tradicional de Bizkaia.

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Información de interés

Cuevas de Pozalagua

Descubiertas en 1957 durante unas labores de cantera, las cuevas de Pozalagua constituyen uno de los mayores tesoros geológicos del Parque Natural de Armañón. Esta cavidad, de unos 125 metros de longitud y con simas de hasta 40 metros de profundidad, alberga en su interior la mayor concentración conocida de estalactitas excéntricas del mundo.

Estas formaciones, que desafían la gravedad al crecer en todas direcciones, forman entramados que se asemejan a raíces retorcidas, generando un paisaje único. La cueva, que se desarrolla como un universo calcáreo, acoge también al visitante en espacios tan singulares como el Auditorio, una sala amplia donde el agua queda atrapada entre pequeños diques de carbonato cálcico.

Este paraje subterráneo, galardonado como Mejor Rincón 2013 por la Guía Repsol, es un ejemplo fascinante de la riqueza geológica de Armañón y una visita imprescindible para quienes desean adentrarse en las entrañas más sorprendentes de Bizkaia.

Valle de Carranza

El valle de Carranza, una de las joyas más desconocidas de Bizkaia, se extiende entre cadenas montañosas escarpadas. Por sus barrancos descienden numerosos arroyos que alimentan los ríos Mayor y Calera, dibujando un paisaje fluvial salpicado de pequeños saltos de agua y estrechos desfiladeros.

En este entorno privilegiado se despliega el Parque Natural de Armañón, un espacio kárstico donde se encuentran más de 200 cuevas y simas, entre ellas la emblemática Torca del Carlista, considerada la mayor sima de Europa, accesible únicamente para espeleólogos expertos. También destacan las Peñas de Ranero, un macizo imponente que esconde la espectacular Cueva de Pozalagua.

El valle acoge además un notable patrimonio cultural, con iglesias como la de San Andrés de Biañez, convertida en museo, y la de San Bartolomé de Aldeacueva, un bello ejemplo de arquitectura barroca y neoclásica del siglo XVIII.

La ruta se completa con el itinerario megalítico de Haizko, con monumentos como el dolmen de Fuentellano y la necrópolis de La Cabaña, y culmina en el Parque Ecológico Karpin Fauna, espacio dedicado a la recuperación de animales y a la divulgación de la biodiversidad, que también cuenta con un área temática sobre dinosaurios.

Balmaseda

A las puertas del Parque Natural de Armañón se encuentra Balmaseda, la primera villa fundada en Bizkaia, un enclave de gran valor histórico y cultural. Su casco urbano conserva vestigios de su pasado medieval y comercial, como el emblemático Puente Viejo o de La Muza, con torreón incluido, que en su día actuaba como aduana. Iglesias como la de San Severino o la de San Juan, además del convento de Santa Clara y los palacios de Urrutia y Horcasitas, completan su patrimonio monumental.

Balmaseda es también un referente en tradición y festividad. Sus famosas procesiones de Semana Santa, con el Vía Crucis Viviente como acto central, involucran a todo el pueblo en una escenificación que atrae a miles de visitantes. Igualmente destacan las fiestas de San Severino y el tradicional mercado medieval, de cuidada ambientación.

En los alrededores, rutas de senderismo permiten explorar su entorno natural. Una de las más populares asciende al monte Kolitza (879 m), uno de los cinco montes bocineros de Bizkaia. También se puede visitar Boinas La Encartada Museoa, antigua fábrica textil convertida en museo industrial.

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Las aves del Parque Natural

El Parque Natural de Armañón ofrece una gran diversidad ornitológica gracias a su variedad de hábitats, que incluyen bosques caducifolios, roquedos calizos y áreas abiertas. Entre las especies más destacadas se encuentran varias rapaces y aves forestales que encuentran aquí refugio, alimento y zonas de cría.

Las paredes calizas y zonas escarpadas del parque son especialmente valiosas para las aves rupícolas. En ellas anidan especies como el buitre leonado (Gyps fulvus), el halcón peregrino (Falco peregrinus), el alimoche (Neophron percnopterus) y el águila real (Aquila chrysaetos). Estas especies no solo son indicadoras del buen estado de conservación del ecosistema, sino también de gran interés para la observación ornitológica.

Además, en los bosques del parque se encuentran aves como el pico mediano (Dendrocopos medius), el carbonero palustre (Poecile palustris) y la curruca rabilarga (Curruca undata), entre otras. Estas especies encuentran en el encinar, el robledal y el hayedo el hábitat ideal en el que llevar a cabo sus ciclos biológicos.

El parque está declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), lo que subraya su relevancia para la conservación de la avifauna.

Fauna

El Parque Natural de Armañón acoge una fauna rica y variada, en buena parte gracias a su carácter rural y a la conservación de hábitats naturales bien preservados. En sus paisajes montañosos y bosques frondosos habitan numerosas especies emblemáticas de la fauna ibérica. Entre los mamíferos destacan los depredadores como el lobo ibérico (Canis lupus), la gineta (Genetta genetta), la garduña (Martes foina) o la marta (Martes martes), junto con herbívoros como el ciervo (Cervus elaphus) y el corzo (Capreolus capreolus).

Los abruptos relieves del parque también ofrecen refugio a una importante comunidad de murciélagos, con presencia destacada de cuatro especies catalogadas en peligro de extinción en Europa: el murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum), el pequeño de herradura (Rhinolophus hipposideros), el murciélago de Geoffroy (Myotis emarginatus) y el murciélago ratonero grande (Myotis myotis).

En las zonas húmedas y cursos de agua aparecen diversas especies de anfibios como el tritón jaspeado (Triturus marmoratus), el tritón alpino (Ichthyosaura alpestris), la rana patilarga (Rana iberica) o la rana bermeja (Rana temporaria). A todo ello se suma la presencia de razas autóctonas domésticas vinculadas a la ganadería tradicional como la oveja carranzana , la vaca monchina y el perro villano de las Encartaciones , testigos vivos del modo de vida rural de la zona.

Fauna en el parque natural
Fauna en el parque natural
Fauna en el parque natural
Fauna en el parque natural
Fauna en el parque natural
Fauna en el parque natural

Flora

El Parque Natural de Armañón destaca por la riqueza y diversidad de su vegetación, donde predominan los bosques autóctonos de encinas (Quercus ilex), robles (Quercus robur y Quercus petraea), hayas (Fagus sylvatica) y bosques mixtos de frondosas que cubren laderas y vaguadas. Los prados de siega y pastos, moldeados por la actividad ganadera tradicional, aportan amplitud paisajística y diversidad ecológica.

Además de estos ecosistemas dominantes, en el parque sobreviven especies vegetales singulares protegidas por su rareza o vulnerabilidad. Entre ellas, el acebo (Ilex aquifolium) y el tejo (Taxus baccata) figuran como especies de interés especial por su valor ecológico. El helecho (Culcita macrocarpa), de gran porte y distribución relicta, se considera vulnerable, mientras que otras especies raras como la siempreviva cantábrica (Sempervivum vicentei subsp. cantabricum), loro (Prunus lusitanica) o la orquídea estival (Spiranthes aestivalis) subrayan la singularidad botánica del espacio.

Estos hábitats y especies, incluidos en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas, convierten al parque en un refugio de biodiversidad vegetal que merece una protección y gestión cuidadosa.

LIBERA en el Parque

Desde Proyecto LIBERA ofrecemos distintos recursos a Parques Nacionales y Naturales con el objetivo de sensibilizar sobre el problema que supone el abandono de basura en la naturaleza y la prevención del mismo, como es el caso de este parque.

Entre otras medidas, formamos a los empleados de centros de interpretación ambiental y les proporcionamos diferentes materiales con los que ayudar a concienciar al público. También aportamos información sobre el proyecto a los trabajadores de Espacios Naturales y colocamos señalización en los parques de cada región.

Libera en el Parque
 Datos destacados sobre la basuraleza