Situada entre las comarcas de Daroca y Jiloca, en una altiplanicie a casi 1.000 metros sobre el nivel del mar, la Laguna de Gallocanta es uno de los espacios naturales más singulares de Aragón y de toda Europa. Con una superficie de casi 2.000 hectáreas, esta laguna endorreica, es decir, sin salida hacia cauces fluviales, destaca por sus aguas salinas, consecuencia de su particular dinámica hídrica, que ha modelado un ecosistema único de orillas fangosas y extensas zonas húmedas.
El entorno de Gallocanta es conocido por su extraordinario valor ornitológico, especialmente durante los meses de otoño e invierno, cuando miles de grullas comunes convierten la laguna en su punto de descanso y alimentación en plena migración. En algunas jornadas se han llegado a contar más de 110.000 ejemplares, generando uno de los espectáculos naturales más impactantes de la península.
Además de las grullas, la laguna acoge más de 220 especies de aves, lo que la convierte en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y muy especialmente de los ornitólogos y. Su reconocimiento como Reserva Natural y designación como Humedal de Importancia Internacional dentro del Convenio RAMSAR, al que España está adherido, subrayan su relevancia ecológica dentro y fuera de nuestras fronteras.
Situado en la carretera que conecta las localidades de Tornos y Bello, el Centro de Interpretación de la Laguna de Gallocanta es el punto de partida ideal desde el que empezar a conocer en profundidad y valorar la importancia de esta Reserva Natural. El centro se ubica en una singular casa de piedra, desde la que se disfruta de una panorámica privilegiada de la laguna. Además, cuenta con un aparcamiento anexo para sus visitantes.
En su interior, el espacio expositivo ofrece una experiencia interactiva que permite comprender los procesos naturales que hacen de Gallocanta un lugar único. A través de recursos visuales y didácticos, el visitante puede familiarizarse con las particularidades ecológicas del entorno y con las especies más representativas, en especial las aves migratorias.
El centro también cuenta con un punto de recepción atendido por personal especializado en educación ambiental. Allí se puede obtener información práctica sobre las normas de uso del espacio, senderos señalizados, observatorios y recomendaciones para disfrutar de la visita con el menor impacto posible en el ecosistema.
Ubicado en un enclave estratégico, con unas vistas privilegiadas de la laguna, el Museo de las Aves es un lugar idóneo para adentrarse en el conocimiento del ecosistema de Gallocanta. Este espacio funciona también como oficina de turismo comarcal, proporcionando información útil para planificar la visita y comprender mejor el entorno natural protegido.
El museo alberga una exposición permanente repartida en cuatro grandes vitrinas dedicadas a las principales especies de aves que habitan o migran por la cuenca de Gallocanta. En la planta superior, un amplio ventanal acristalado ofrece una vista panorámica inmejorable de la laguna. Allí, un atril interpretativo y prismáticos a disposición del público permiten observar sus aves con detalle y en condiciones óptimas, sin interferir en su comportamiento natural.
El acceso a la zona de recepción y oficina de turismo es gratuito, mientras que para visitar el resto de instalaciones se recomienda consultar previamente los horarios y tarifas.
Este sendero circular de 30,6 km rodea por completo la Laguna de Gallocanta, ofreciendo una experiencia completa del entorno. A lo largo del recorrido se accede a siete observatorios estratégicamente situados para la observación de aves y al Mirador de la Ermita del Buen Acuerdo, desde donde se contempla una amplia panorámica de la laguna. Ideal para senderistas experimentados o para recorrer por tramos.
Con apenas 0,79 km de longitud y un desnivel de 48 metros, esta corta ruta asciende desde el núcleo urbano de Berrueco hasta su castillo. Desde lo alto, las vistas sobre la laguna son espectaculares, lo que lo convierte en un paseo, además de accesible, muy sorprendente y gratificante.
Ambos senderos combinan naturaleza, patrimonio y avistamiento de aves, y constituyen una forma inmejorable de disfrutar del entorno único de Gallocanta.
Elige la campaña que más te motive y conciencia a tu entorno del problema de la basuraleza.
A todos aquellos ciudadanos sensibilizados con el impacto de la basuraleza les invitamos a pasar a la acción participando en la movilización voluntaria y colaborativa de 1m2 y ser parte de la solución mediante la recogida y recopilación de datos sobre la tipología de residuos que nos encontramos en los entornos naturales.
Saber más
La Laguna de Gallocanta es uno de los principales referentes ornitológicos de Europa occidental, con más de 220 especies citadas y alrededor de 100 reproductoras de forma regular. Su ubicación estratégica, en plena ruta migratoria entre el norte de Europa y el suroeste peninsular, la convierte en una parada clave para miles de aves.
La gran protagonista es, sin duda, la grulla común (Grus grus), cuya presencia durante la invernada puede superar los 100.000 ejemplares en un solo día, ofreciendo un espectáculo visual y sonoro único. Estas aves utilizan el humedal como zona de descanso y alimentación durante su migración anual.
En los periodos de paso migratorio y reproducción destacan las aves acuáticas, como el ánade azulón (Anas platyrhynchos), cerceta común (Anas crecca), pato colorado (Netta rufina), tarro blanco (Tadorna tadorna) y porrón europeo (Aythya ferina), así como la focha común (Fulica atra).
También son comunes las limícolas como la avoceta común (Recurvirostra avosetta), la cigüeñuela (Himantopus himantopus), el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), el zarapito real (Numenius arquata), los combatientes (Calidris pugnax), junto con distintas especies de correlimos que durante la época invernal se ven acompañados por otras especies de aves como los fumareles cariblancos (Chlidonias hybrida).
En las zonas esteparias del entorno destacan especies como la avutarda euroasiática (Otis tarda), el cernícalo primilla (Falco naumanni), el alcaraván común (Burhinus oedicnemus) y la ganga ortega (Pterocles orientalis), además de pequeños paseriformes como la calandria común (Melanocorypha calandra), la alondra común (Alauda arvensis) y el escribano triguero (Miliaria calandra).
Esta extraordinaria riqueza convierte a Gallocanta en un espacio fundamental para la conservación de las aves acuáticas y esteparias de la península ibérica.
Aunque la avifauna acapara gran parte del protagonismo en la Laguna de Gallocanta, el espacio natural acoge también una comunidad faunística diversa, con adaptaciones particulares a los entornos salinos, esteparios y lacustres que caracterizan esta cuenca endorreica. La gran biodiversidad se debe a la alternancia de zonas húmedas y secas, la existencia de cultivos tradicionales y la extensa lámina de agua.
Entre los mamíferos más representativos se encuentran el zorro (Vulpes vulpes), el jabalí (Sus scrofa), el corzo (Capreolus capreolus) y la garduña (Martes foina), además de pequeños roedores, como el ratón de campo (Apodemus sylvaticus). No es extraño observar sus rastros en las inmediaciones del humedal.
En el entorno acuático, destacan especies como la rana común (Pelophylax perezi) y reptiles adaptados como la culebra viperina (Natrix maura). Las aguas de la laguna también albergan una interesante diversidad de invertebrados, como la pulga de agua (Daphnia sp.), base alimenticia de numerosas especies de aves.
La cuenca de la Laguna de Gallocanta presenta una flora singular y adaptada a las condiciones extremas del clima continental y la elevada salinidad del entorno. Esta particularidad ha propiciado la aparición de comunidades vegetales halófitas y de especies endémicas de gran valor ecológico.
Entre los hábitats más característicos destacan los prados salinos, juncales, carrizales y salares, que conforman un mosaico vegetal alrededor del vaso lagunar. Las especies se distribuyen según el grado de humedad y salinidad del suelo, mostrando adaptaciones como potentes raíces o tallos carnosos que facilitan la supervivencia en este inhóspito ecosistema.
La hierba salada pungente (Puccinellia pungens), endémica de la Península Ibérica y en peligro de extinción, es una de las joyas botánicas del espacio, tiñendo de púrpura la laguna en otoño. También destaca el jopillo (Lythrum flexuosum), de flores rosadas, y el coralillo (Microcnemum coralloides), todas especies de distribución muy limitada.
En zonas dulces como Los Ojos, predominan carrizales (Phragmites australis), espadñas (Typha angustifolia) y juncales (Scirpus lacustris), mientras que en las playas limo-arenosas, conocidas como tarquines, aparecen salicornia (Salicornia ramosissima), sosa (Suaeda maritima, S. splendens) o la Puccinellia fasciculata, una herbácea de praderas salinas sin un nombre común definido.
En el fondo de la laguna prosperan praderas subacuáticas de gran valor, con especies como la cola de zorro (Lampothamnium papulosum) y el alga caral (Chara galioides), que aunque en épocas de sequía desaparecen, sus oósporas garantizan la regeneración de sus comunidades biológicas al volver las lluvias.
Por último, la zona agrícola circundante también alberga una rica flora arvense, con especies como el ababol (Papaver rhoeas), el azulejo (Centaurea cyanus) o la amarilla (Ranunculus arvensis), que suman colorido y biodiversidad al entorno.
Desde Proyecto LIBERA ofrecemos distintos recursos a Parques Nacionales y Naturales con el objetivo de sensibilizar sobre el problema que supone el abandono de basura en la naturaleza y la prevención del mismo, como es el caso de este parque.
Entre otras medidas, formamos a los empleados de centros de interpretación ambiental y les proporcionamos diferentes materiales con los que ayudar a concienciar al público. También aportamos información sobre el proyecto a los trabajadores de Espacios Naturales y colocamos señalización en los parques de cada región.