Parque Natural de Gorbeia

Parque Natural de Gorbeia

Un emblema natural en el corazón de Euskadi

El Parque Natural de Gorbeia o Parketxe de Gorbeia en euskera, cuenta con una superficie de 20.016 hectáreas, se extiende entre los territorios históricos de Álava y Bizkaia, configurando un paisaje de gran valor ecológico, geológico y cultural. La cumbre del Gorbea, que alcanza los 1.482 metros de altitud, es uno de los símbolos más reconocibles del montañismo vasco y es la encargada de marcar el límite entre ambas provincias.

Este espacio protegido destaca por la variedad de paisajes. El terreno kárstico sobre el que se asienta cuenta con casi 500 cavidades catalogadas, siendo uno de los sistemas subterráneos más relevantes del entorno. Por su parte, elementos como el Biotopo Protegido de Itxina o la cascada de Gujuli, con una caída de más de 100 metros, son otros valores que el parque ofrece a sus visitantes. 

Además de su riqueza natural, Gorbeia es un espacio muy vinculado a la identidad del pueblo vasco, y acoge múltiples actividades recreativas y de naturaleza, apoyadas por infraestructuras y centros de visitantes bien distribuidos en ambas vertientes.

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Información de interés

Subida a la Cruz del Gorbeia

Coronando la cumbre del monte Gorbeia, a 1.481 metros de altitud, se alza la Cruz del Gorbeia, una estructura erigida a finales del siglo XIX como parte de una iniciativa impulsada por el Papa León XIII para marcar el cambio de siglo. Esta cruz se ha convertido en uno de los símbolos más representativos del montañismo en Euskadi, y constituye un punto de referencia tanto geográfico como cultural. 

La ascensión a la cruz es una de las rutas más populares del parque, especialmente en fechas señaladas como la Nochevieja, cuando muchos montañeros suben a la cumbre para despedir el año y dar la bienvenida al siguiente en un entorno natural privilegiado.Además de su valor simbólico, la cima del Gorbeia marca el límite entre Bizkaia y Álava, y forma parte de los llamados montes bocineros desde los cuales, según la tradición, se convocaban las Juntas Generales de Bizkaia mediante señales sonoras y visuales. La subida a este punto es una experiencia imprescindible para quienes deseen conectar con el paisaje, la historia y la identidad del territorio.

Museo de Alfarería Vasca

En la localidad alavesa de Ollerias, se encuentra el Museo de Alfarería Vasca, un espacio que recupera y preserva el conocimiento de este oficio tradicional. El museo se ubica en una antigua ollería familiar en la que se vendían ollas y vasijas de cerámica, donde varias generaciones de la familia Ortiz de Zárate trabajaron el barro hasta 1958, cuando la construcción del embalse de Urrunaga inundó la cantera de arcilla, forzando el cierre del taller. Rehabilitado en 1993 como Museo-Taller, este espacio combina la función expositiva con la práctica viva del oficio. El visitante puede descubrir una colección de más de 300 piezas de cerámica tradicional vasca, organizadas según su uso (cocina, almacenamiento, construcción, etc.). El museo también conserva un horno del siglo XVIII en excelente estado, y ofrece demostraciones en vivo donde alfareros y alfareras moldean la arcilla, la cuecen, la esmaltan y le dan el acabado final, tal y como se hacía en el pasado. La visita se completa con una tienda en la que adquirir piezas artesanales únicas, elaboradas en el propio taller.

Actividades durante la semana

El Parque Natural de Gorbeia ofrece una amplia variedad de actividades diseñadas para disfrutar del entorno natural de forma autónoma y respetuosa. Entre ellas, destacan dos propuestas lúdico-educativas disponibles en el Parketxe, donde se facilita el material necesario: una actividad de orientación y de pistas en las campas de Arraba, pensada para iniciarse en el montañismo, y una yincana en torno al humedal de Saldropo, ideal para descubrir la biodiversidad del entorno.

El parque también cuenta con diversos itinerarios autoguiados, adaptados a diferentes niveles y preferencias. La subida a la Cruz del Gorbeia es la ruta más emblemática, mientras que otros recorridos, como el de la diversidad de ecosistemas, ofrecen una visión general del paisaje. Itinerarios como “Antiguos oficios”, la “Entrada mágica a Itzina”, la circular por Ubide o el trayecto por el canal de Sintxita, permiten adentrarse en la historia, la geología y la riqueza ambiental del parque.

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Las aves en el Parque

El Parque Natural de Gorbeia es un importante refugio para la avifauna del País Vasco, con un total de 141 especies de aves inventariadas. Esta gran riqueza ornitológica responde a la diversidad de hábitats presentes en el Parque, que incluyen bosques, zonas rupícolas, ríos, humedales y espacios abiertos.

Entre las aves ligadas a zonas arboladas en combinación con espacios abiertos se puede hacer mención al milano negro (Milvus migrans), que vuelve en la época estival de pasar el invierno en el continente africano para críar, a menudo de forma colonial, en hileras de grandes árboles en los que pueda situar sus nidos. 

Por otra parte, cabe destacar al abejaruco europeo (Pernis apivorus), un ave también migradora que excava sus nidos, a modo de túneles de aproximadamente un metro de profundidad, en las paredes arenosas de los cursos fluviales, en las que su descendencia, gracias a la verticalidad y elevación de estas sobre el nivel del suelo, puedan crecer a salvo de infinidad de depredadores terrestres.

Dentro de la clasificación de aves migratorias, el parque registra ocasionalmente la presencia en el humedal de Saldropo​ de la cigüeña negra (Ciconia nigra). Un ave a nivel nacional mucho más escasa, que es mucho más tímida que su pariente más conocida, la cigüeña blanca (Ciconia ciconia), y que en la actualidad, debido a su delicado estado de conservación, está catalogada como VU-Vulnerable.

En cuanto a los ríos y arroyos propiamente dichos del Parque habita el mirlo acuático (Cinclus cinclus), una especie residente que se reproduce en varios cursos fluviales, como el Altube y el Bayas​.

En las zonas más elevadas del parque, son muy singulares tanto la chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus) como la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), ambas habituales en los roquedos del macizo de Itxina y otras zonas altas, en las que nidifican​. De la misma manera, cabe destacar en estas localizaciones a las grandes aves carroñeras, entre ellas el alimoche común (Neophron percnopterus) y el buitre leonado (Gyps fulvus), cuyas siluetas pueden verse sobrevolando los farallones calizos.

Toda esta variedad de ecosistemas y aves que los habitan convierte a Gorbeia en un espacio de alto valor ornitológico, que permite sensibilizar a muchas personas en lo necesario que es conservarlas a partir de las muchas oportunidades que ofrece el parque para su observación.

 

Fauna

El Parque Natural de Gorbeia constituye un importante enclave para la fauna cantábrica y subcantábrica, gracias a la diversidad de hábitats que ofrece su relieve, su transición bioclimática, y su relativa baja densidad humana en determinadas zonas. En su territorio se han identificado 166 especies de vertebrados, entre ellas 99 aves y 36 mamíferos, lo que lo convierte en un espacio de gran valor para la biodiversidad del País Vasco.

Los bosques y riberas del parque albergan especies sensibles con un delicado estado de conservación, como son el desmán del Pirineo (Galemys pyrenaicus), el visón europeo (Mustela nutreola), a los que acompaña la siempre mediática nutria paleártica (Lutra lutra), que encuentran refugio en las alisedas y aguas limpias de ríos como el Baias y el Zubialde. Los anfibios, aunque discretos, tienen una notable representación, con 11 especies, entre las que se encuentran la rana patilarga (Rana iberica), asociada a robledales, y distintos tipos de tritones en charcas y humedales.

En zonas boscosas es posible observar, siempre que estas aves quieran, al azor común (Accipiter gentilis) y el gavilán común (Accipiter nissus), o a mamíferos como la marta (Martes martes) y el gato montés (Felis sylvestris). El ciervo rojo (Cervus elaphus), sin embargo, es quizás la especie más conocida  del parque, que después de extinguirse a finales del siglo XIX fue reintroducido en 1958, contando hoy en día con una población bastante consolidada. También se encuentran en el espacio al corzo común (Capreolus capreolus) y al jabalí (Sus scrofa), frecuentes en las zonas más tranquilas y menos descubiertas.

En las zonas altas y roquedos, como los de Itxina, Aldamin o Zanburu, destacan especies adaptadas al medio escarpado, como la lagartija roquera (Podarcis muralis).

Este mosaico de paisajes y hábitats hace de Gorbeia un espacio esencial para la conservación de la fauna silvestre, y un lugar privilegiado para la observación de especies en libertad.

Fauna en el parque natural
Fauna en el parque natural
Fauna en el parque natural
Flora en el parque natural
roble
Flora en el parque natural

Flora

El Parque Natural de Gorbeia se caracteriza por una notable diversidad vegetal, fruto de su localización entre la vertiente atlántica y la mediterránea, lo que origina un mosaico de paisajes que incluyen bosques, pastizales, brezales y repoblaciones forestales.

En la vertiente norte, más húmeda, los hayedos (Fagus sylvatica) y robledales (Quercus spp.) autóctonos que deberían ocupar el espacio son escasos y presentan signos de degradación, aunque destacan por su valor ecológico el hayedo de Itxina, en un entorno kárstico de gran belleza, y el bosque de Altube, rico en biodiversidad. En este sentido contrastan las repoblaciones de coníferas realizadas, especialmente con el pino de Monterrey (Pinus radiata), acompañado de especies como el ciprés de Lawson (Chamaecyparis lawsoniana), el alerce del Japón (Larix kaempferi) y el pino laricio (Pinus nigra). En la vertiente sur, el paisaje forestal está mejor conservado, con hayedos en zonas altas y umbrías, y robledales de roble pedunculado (Quercus robur) en los fondos de valle. Son frecuentes también los marojales (Quercus pyrenaica) en laderas soleadas, representativos del piso supramediterráneo, así como enclaves de roble quejigo (Quercus faginea), indicativos de la transición hacia ambientes mediterráneos.

Los espacios abiertos del parque, resultado del uso ganadero tradicional y la transformación del paisaje, están ocupados por pastos montanos, brezales y helechales. En las zonas más elevadas, entre afloramientos rocosos, crecen especies botánicas de gran interés científico, especialmente en los escarpes de Itxina, Aldamin o Zanburu.

El entorno forestal representa aproximadamente el 70% de la superficie del parque, que se ve complementado con hábitats de campiña en los valles, donde se alternan prados, setos, bosquetes y riberas, los cuales aportan una rica variedad de ambientes y ecotonos, o zonas de transición entre unos y otros, que el cómputo global sustentan una elevada biodiversidad vegetal.

LIBERA en el Parque

Desde Proyecto LIBERA ofrecemos distintos recursos a Parques Nacionales y Naturales con el objetivo de sensibilizar sobre el problema que supone el abandono de basura en la naturaleza y la prevención del mismo, como es el caso de este parque.

Entre otras medidas, formamos a los empleados de centros de interpretación ambiental y les proporcionamos diferentes materiales con los que ayudar a concienciar al público. También aportamos información sobre el proyecto a los trabajadores de Espacios Naturales y colocamos señalización en los parques de cada región.

Libera en el Parque
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