Un enclave natural con monumentos megalíticos
El Parque Natural de los Valles Occidentales es un enclave situado en Jacetania (Huesca), cuya riqueza fue reconocida con la denominación que hoy ostenta en 2006. Para mayor contexto geográfico, se encuentra al noroeste del Pirineo aragonés colindando al norte con Francia y al oeste con Navarra. En total, tiene una superficie de 27.073 hectáreas, a las que se añaden otras 7.335 ha adicionales de Zona Periférica de Protección. Su característica principal es el modelado que los glaciares han ejercido sobre el paisaje, dando lugar a elevados picos y profundos valles, en los que especies tan emblemáticas y con estados de conservación tan delicados como el oso pardo y el urogallo puedan encontrar refugio.
Ansó es una villa que está integrada dentro del Parque Natural de los Valles Occidentales, y que cuenta con un centro de interpretación de la zona. Uno de sus aspectos más relevantes es su exposición audiovisual interactiva con información relacionando el medio natural con los seres humanos. También se encarga de resaltar la importancia ecológica del oso pardo en el entorno. En paralelo a las actividades internas que ofrece, este centro de interpretación dispone de información clave para los visitantes que quieran recorrer el Parque Natural.
A lo largo de los senderos que podemos encontrar en este Parque Natural, se advierten muestras evidentes de actividades agropecuarias que han contribuido al singular paisaje de sus parajes. En determinados puntos del Parque, pueden observarse muestras de arquitectura popular, con cabañas pastoriles y cascos urbanos bien conservados. En paralelo, en buena parte de los Valles Occidentales, encontraremos monumentos megalíticos que acreditan que se trata de un territorio poblado desde la antigüedad. Estas zonas, concretamente, han sido testigo de la presencia romana en la Península Ibérica. Pero también de momentos clave en la infancia de Alfonso I el Batallador, primer rey de Aragón. En su formación desempeñó un papel fundamental el Monasterio de San Pedro de Siresa, un enclave histórico de gran relevancia.
El Parque Natural de los Valles Occidentales abarca los municipios de Aísa, Ansó, Aragüés del Puerto, Borau y Valle de Hecho, todos ellos con una gran riqueza etnocultural, a los que llegan y salen numerosos senderos. Los trazados de estas rutas nos permiten, además de disfrutar del paisaje, conocer a fondo las muestras megalíticas de la zona, con el atractivo de coincidir con el camino que seguían las calzadas romanas que comunicaban las dos vertientes de los Pirineos. Entre los más destacados están el tramo del GR11, que une el Refugio de Zuriza con Guarrinza junto con el que se adentra en la Selva de Oza. Y por último, cabe resaltarla ruta que lleva al senderista hasta el ibón de Estanés. Sea cual fuere nuestra elección, hay que tener siempre en cuenta que es importante consultar previamente la dificultad, duración y necesidades antes de comenzar cualquier ruta.
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Saber másLa diversidad de ecosistemas que hemos venido describiendo, especialmente la relativa a los bosques, convierte el Parque Natural de los Valles Occidentales en un refugio ideal para numerosas aves. Con 179 especies registradas, su importancia ha llevado a su declaración como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Entre las especies más destacadas se encuentra el urogallo común (Tetrao urogallus), una de las aves más emblemáticas de los bosques pirenaicos, cuya conservación sigue siendo un reto debido a la pérdida de hábitat. También merece mención el aguilucho pálido (Circus cyaneus), una rapaz de vuelo ágil que utiliza los espacios abiertos del parque para cazar pequeños vertebrados. En los bosques maduros, el picamaderos negro (Dryocopus martius) destaca por su tamaño y su característico tamborileo, siendo un indicador de la buena salud del ecosistema forestal. La combinación de bosques, zonas húmedas y espacios abiertos hace del parque un área de gran valor para la avifauna, asegurando la presencia y conservación de estas especies clave.
La diversidad de condiciones ambientales en Los Valles favorece a que exista una gran riqueza de fauna, incluyendo especies endémicas del Pirineo. Entre los invertebrados, esenciales para el equilibrio ecológico, se encuentran numerosas especies clave como las mariposas Plebejus pyrenaica y Erebia gorgone, y algunos coleópteros como Rosalia alpina que, además de ser llamativos, son escasos. Destacan, además, el tritón pirenaico, la rana parda pirenaica y la lagartija pirenaica. Entre los mamíferos, el oso pardo es la muestra más emblemática, catalogada durante años como una especie en peligro de extinción, y reconocida ahora como un caso de éxito que demuestra la eficacia de la labor público-privada en favor de la protección de una especie.
Para poder comprender la flora actual del Parque, es importante detenernos en la red hidrográfica que lo conforma. El área de los Valles Occidentales está compuesto por ríos de montaña, cuyo caudal varía a lo largo del año en función del deshielo y las precipitaciones. Entre ellos destacan los ríos Majones, Veral, Aragón Subordán, Osia, Estarrún y Lubierre. En primavera y principios de verano, el caudal es elevado debido al deshielo y las lluvias, mientras que en invierno y comienzos de la primavera, disminuye. La presencia de calizas ha favorecido la formación de un paisaje kárstico con cuevas, simas y relieves esculpidos por la acción del agua.
La combinación del relieve del Parque Natural, su diversidad de suelos, la altitud, la orientación y la influencia del clima han dado lugar a una flora extraordinariamente rica, con alrededor de 1.200 especies. Los bosques han sido tradicionalmente aprovechados como un recurso natural clave. Además, la humedad que aportan las masas de aire atlánticas, favorecen el crecimiento de hayedos y abetales en las zonas más sombrías, mientras que en las laderas soleadas predominan el pino silvestre y los robles. En las áreas más altas y escarpadas, el pino negro domina el paisaje.
Desde Proyecto LIBERA ofrecemos distintos recursos a Parques Nacionales y Naturales con el objetivo de sensibilizar sobre el problema que supone el abandono de basura en la naturaleza y la prevención del mismo, como es el caso de este parque.
Entre otras medidas, formamos a los empleados de centros de interpretación ambiental y les proporcionamos diferentes materiales con los que ayudar a concienciar al público. También aportamos información sobre el proyecto a los trabajadores de Espacios Naturales y colocamos señalización en los parques de cada región.